GRIS, No. 9
¿Sabían ustedes que...?
Hay una realidad indiscutible en quienes tuvimos polio. Los sentimientos de frustración por limitaciones objetivas desde temprana edad y vivencias traumáticas, favorecen la posibilidad de afectar sensiblemente nuestra "autoestima". Las reacciones del individuo pueden ser dos:
- Que se genere con dicha realidad psíquica-orgánica un "potente motor" para luchar de modo incansable contra demasiadas "barreras" internas y externas, reparar y consolidar la autoestima y así conseguir llevar una vida plena en los diferentes planos.
- O bien, no conseguirlo y gestar personalidades inseguras, temerosas, dependientes, con un constante miedo a perder el control sobre sus vidas, en un marco de vivencias de impotencia y descontento.
Los factores afectivo-familiares, sociales y culturales que rodean a la persona durante su desarrollo, se suman con vital incidencia a esa realidad básica de la polio, en el proceso de la configuración de nuestras personalidades.