Organización Mexicana para el Conocimiento de los
Efectos Tardíos de la Polio, A.C.
-OMCETPAC-
Organización Post-polio México

Distinto

Por Ana María Falchoni
Octubre de 2006, Argentina.
omcetpac

Soy un ser humano distinto. Ni mejor, ni peor que los demás; sólo distinto. La vida no me ha resultado fácil, pero no ha dejado de ser para mí maravillosa.

Mis padres me soñaron hermosa, inteligente y llena de vida. Sin embargo, mi llegada a este mundo no fue tan grata. Las expectativas de mis padres se esfumaron. El dolor los caló hondo y la incertidumbre de un mañana incierto desdibujó sus hermosas sonrisas expectantes.

Yo era diferente. Tendría con el tiempo inconvenientes que, en algunos casos, serían insalvables.

La verdad duele profundo a veces, y es inevitable plantearse las preguntas claves “¿por qué me toco a mí?”. Lo mismo ocurrió en mis padres. La desilusión y la imposibilidad de modificar su realidad los atrapó y los dejó paralizados y con el corazón hecho pedazos.

¿Hay tristeza mayor que ésta? No lo creo. Pero, según ellos me contaron, de a poco comenzaron a asumir esta verdad y la fueron incorporando como parte de sus vidas, y se familiarizaron con ella.

Se hacía necesario buscar ayuda. No sólo los profesionales que les brindaran sus conocimientos sobre el tema, sino las personas con la suficiente calidez humana que los escucharan y los comprendieran.

Aunar las fuerzas con un objetivo común es difícil, pero se logra muchas veces, si uno lo desea fervientemente. Y mis padres y mis doctores lo consiguieron. Y yo, como personita, recibí la atención adecuada a mis dificultades.

Fue largo el camino. Es una empresa titánica en algunos casos, pero no imposible.

Con los años, nos acostumbramos todos a festejar mis pequeños logros. Era una fiesta, que imprimía en mi hogar otro sentido a lo cotidiano. Como que la verdadera alegría estaba en esas cosas tan sencillas y a la vez tan costosas. Como si trascendiéramos de lo material y superfluo, para permanecer un tiempo más en las cosas puramente espirituales y, por ende, importantes.

Y así transcurre mi vida. Con el tiempo descubrí que yo también era un ser hermoso, con una gran necesidad de manifestarme tal como era y que el resto de los mortales me aceptase así. Mi gran deseo ha sido siempre ser tratada, a pesar de mis diferencias, como igual.

Aprendí que hay cosas que no puedo hacer y que nunca las haré, pero también aprendí las cosas que puedo hacer y las hago con mucho gusto.

Aprendí que mi discapacidad afectó más a mis padres que a mí misma, porque yo nací con ella y siempre formó parte de mí.

Hoy, mis alegrías y tristezas, mis logros y mis fracasos son independientes de esta realidad que en su momento golpeó tanto a mis seres queridos.

Amo, soy amada y esto para mí es lo único que importa. Por eso puedo decir que la vida es maravillosa.